viernes, 20 de noviembre de 2015

Alucinación

Ilustración de Cathrine Langwagen

Me derivaste al infierno,  
las redes se quemaron
y el agua derretía las mariposas plásticas,
yo bebí sin discriminación moldeando mi carne en barro,
lo sabía hacer muy bien,
Me retorcía,
Los lugares encantan cuando la tibieza va echando al aire flores
que te traen recuerdos.
Y yo me maldigo,  no quiero herir a la santa de la pared,
no quiero pedir la alucinación de cada noche insomne,
pues harta de ilusión,
de luces que llagan,
de risas sin mandíbulas.
Pero, lamo las córneas que veo entre las nubes,
y todas las líneas me convencen
de volver a rescatarte
de ese acantilado que se fue con mis ojos
y orbitan en lugares incógnitos.
Volveré a despertarte en la marisma
para recuperar mis ojos
y seguirte con mi vestido quemado. 

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